Buen día. Feliz cumpleaños, mundo que existes desde que te miro. Cuando vi la luz, la luz se hizo. Soy la creadora de todos los segundos transcurridos, la modeladora de arcilla de la que emergen seres vivos, no siempre perfectos. Soy la fundadora de terruños y a cada paso, nace una playa, un bosque, una cascada. Pestañeo y vuelan mariposas. Suspiro brisas oceánicas, lloro tormentas, acaricio el lomo de las montañas y la concavidad de las cavernas donde dibujo mi historia. Antes de mi nacimiento, la oscuridad pasmosa. Este planeta, conmigo al timón y ajustando las velas, ha recorrido en espiral la galaxia dando vueltas sobre si mismo 365 x 58 veces. Muchas. Pocas. Somos errantes, él y yo. Nómadas del espacio. Parias. Migrantes. Inhalo, retengo, exhalo, retengo. Conciencia. Me pregunto qué celebro en esta jornada de ausencias y distancias, de nostalgias y anhelos, de necesidades insatisfechas. Y sí, celebro el mate compartido de la mañana con hijas, el abrazo sostenido de los amigos, los besos infantiles de las nietas, el mensaje con las palabras imprescindibles, la esperanza en construcción, la madre y el padre que circulan en mi sangre. Celebro mis habilidades y fortalezas, las experiencias y los valores aprendidos y constatados. Celebro alejamientos y silencios. Celebro mís dones. No perdono ofensas y daños realizados a propósito y sin empatia. Olvido selectivo. Saludo a los lectores, los amigos, la madre, las hermanas, las hijas, las nietas, los amores sidos, presentes y futuros.
Pido tres deseos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario