¿Un día de éstos inventarán un bono que sustituya besos,
canjeable a futuro con una tasa de interés? ¿Entregaría yo mil besos contantes
y sonantes para que los reserven o se los den a otros que los necesiten, quizás
para pagar viejas deudas de besos? ¿Podré entregarle a alguien un bono que diga
son tantos besos y esa persona los aceptará gustosa para dárselos a otro? ¿Se
desgastarán los besos en el tránsito de mano a mano de boca a boca? ¿En unos
años me devolverán la misma cantidad de besos que deposité, frescos y sabrosos
o desteñidos y desabridos? ¿Me servirán esos besos para besarte con la misma
ternura y amor que tengo ahora? ¿Serán mis besos de hoy (transformados en bonos)
tan conmovedores en tres años cuando los quiera volver a canjear por besos, o
apenas servirán para rozar una mejilla, soltarlos en el aire, sin que se nos
fundan los labios en los labios? ¿Se harán ladrillo, muro, corralito, nube de
humo, chiste bobo? De todos modos, aunque tengo unos cuántos miles o millones
de besos para darte, prefiero dártelos así, carnosos, en cada encuentro que nos
una, o enviártelos por skype o sms o gtalk, que canjearlos por una promesa
futurista de besos conservados incólumes y prístinos al 4%.
4 comentarios:
Quien puso bonos, recibirá besos.
No, esperá, que así no era la frase. Pero bueno, la idea es esa...
Suerte!
J.
Muy lindo Namim. Me entretengo bastante leyendo tus fragmentos.
Pusieron comentarios, reciben comentario!!! Besitos!
Valen los besos comentarios?
pues allá van
besitos desde Tenerife
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